lunes, 2 de abril de 2012

Barba y montaña en perfecta armonía

Codo a codo con la madrugada voy deshaciendo los versos sobre el colchón. La montaña guarda oscuridad y silencio. Malgastas tu corazón arañando las estrellas que caen sobre el tejado. Ardes con los ladridos de Lea. Lento abrazas mis caderas iluminadas por la luna afilada y devorada por las nubes. Todas las madrugadas terminamos igual: abrazados al monte, inundando de paz lo que ya es paz. No existe el frío si tengo tu espalda para calentar el sueño; si gasto tus besos como almohada, o hago de tu lengua la mejor hoguera. Encender de vida una noche nunca fue tan fácil. Caminar dulce por la penumbra y ver que abril es más que treinta bocados rebeldes en tus hombros. Nunca vi una barba y una montaña en tan perfecta armonía; fundidas en una espiral de atracción y aullidos desenfrenados. Las yemas de mis dedos son conocedoras insatisfechas de las líneas de tu cuello. El cielo negro y espumoso mece el palpitar de las caricias que decido darte este lunes desorientado. ¿Por qué abrir los ojos si la mejor forma de ver se llama tacto?

jueves, 29 de marzo de 2012

Eso siempre gusta

La luz es adictiva
y más en mañanas como esta:
de tumbarse en el campo
y esperar que lluevan suspiros.
Poesía es correrme a ritmo de Joaquín Sabina,
mirarte a los ojos y que el sol nos toque
un blues en mitad de la primavera.
Rayos atormentados y llenos de vitalidad
que emborronan la melancolía para hacerla libre.
Esto me llena, me gusta.
A ti dejé de quererte hace tiempo.
Lo siento. Fue efímero, pero intenso,
y eso siempre gusta.

jueves, 15 de marzo de 2012

En las puertas de las librerías

Te guardo los besos para cuando
nos perdamos en cafeterías ocultas
en callejones de barrios olvidados.
Para cuando me robes sonrisas
con tu cámara en las puertas
de las librerías y las tardes de
domingo nos pillen en la cama.
Para cuando las estaciones de tren
nos bostecen en vagones nocturnos
rumbo a cualquier rincón
en blanco y negro.
Para cando las cervezas se consuman en
barras de bares dormidos y los
sueños aullen promesas que veremos
cumplidas en el sofá rojo de
nuestra casa en el cuarto piso
del edificio más salvaje de la ciudad.
El amor viene a enredarse
en mi cintura; tiene tus ojos,
tus manos, y sabe a ti:
a pasión y vida.

lunes, 12 de marzo de 2012

El día sabe a libertad compartida

Muere el invierno y sonrío porque todavía sigues a mi lado. Abro los ojos. Estoy en la cama y ya huele a café; sabes que me encanta despertar con ese olor, ir hasta la cocina en pijama y besarte. Hace un sol precioso para salir al campo y dejar que la primavera arañe tu barba con su poesía. Nos duchamos y salimos. El cielo no puede ser más azul; te sientas en mitad de la montaña con el silencio como testigo, y yo hago lo mismo delante de ti dejando caer mi cabeza sobre tu pecho. El día sabe a libertad compartida. Tus besos saben dulces y salvajes. Llevo los pantalones cortos que dejan ver mies piernas bronceadas y que tanto te gustan; empiezas a acariciar mis muslos. Mis caderas llaman a tus besos y ellos, obedientes, vienen con la suavidad encendida. La luz de la mañana ilumina tus caricias y embellece tu tacto hasta hacerlo mágico. Me gusta que después de un mundo de caricias y besos cojas tu guitarra y toques cualquier cosa porque, sí, me encanta besarte al ritmo de las cuerdas.

domingo, 11 de marzo de 2012

Después de cada escalofrío

Le beso y el resto del mundo deja de existir. Solo él, yo y nuestros labios saboreándose.
El viento curioso y celoso envuelve mi pelo de vida invernal y hace que me estremezca de frío. Él me abraza y sus manos cálidas abrigan más que cualquier bufanda. Pronto llegaremos a casa, donde la leña nos espera para arder con todas sus fuerzas y la manta descansa en el sofá suspirando por todo el amor que esta noche tapará con timidez. Hace frío, y me encanta, porque puedo abrazarme a él hasta enloquecer de calor y regalarle mil besos después de cada escalofrío.

jueves, 8 de marzo de 2012

Un buen desayuno

Despierta el invierno entre montañas grises y verdes. Sus ojos entreabiertos sonríen a mi lado en el colchón y una apetecible barba bosteza necesitada de mis besos (de un buen desayuno). La música suave mece el frío que las mantas tienen ya amaestrado. Lo primero que haré esta mañana será fotografiar tu espalda desnuda sobre la cama; después desayunaré y saldré a recordar un día más por qué decidí quedarme aquí. La naturaleza a su lado sabe mucho mejor.

martes, 6 de marzo de 2012

Latidos y gotas de lluvia

Hoy solo me sale darte las gracias por dejar que tu barba roce mi cuello otro invierno más. Caminar por esta naturaleza pura y viva hace que recuerde los besos que se perdieron en los fines de semana de verano. La luz crece sobre las ventanas y estás cerca, tan cerca que puedo contar tus latidos y las gotas de lluvia a la vez. Hoy llueve. Las gotas rebotan contra el alféizar de la ventana. La lluvia es la mejor melodía, la mejor banda sonora, que podría tener nuestro invierno acalorado.

domingo, 4 de marzo de 2012

Un domingo más

Son las nueve de la mañana y sigo durmiendo. Cabeza apoyada en la almohada y la larga melena cayendo sobre mis hombros. Apartas el pelo de mi cuello y tus suaves caricias recorren mi piel como cada mañana. Tras la ventana el invierno está más salvaje que nunca y agradezco la calidez de tus besos que dulcemente me van despertando. Me susurras los buenos días al oído y eso hace que te conviertas en el hombre más guapo del mundo (aunque siempre lo has sido). Te miro con los ojos entrecerrados y no puedo evitar sonreírte. "He vuelto a soñar contigo", me dices; y tus hombros desnudos se llevan el primer beso del día. Hoy pienso besarte hasta que el atardecer nos llame, mirarte y pasear mi cámara por tu barba rebelde y tan adictiva. Hoy vamos a salpicar de cariño un domingo más.

sábado, 3 de marzo de 2012

Ladrido

La montaña ruge que ha amanecido
y el sol me susurra su presencia
a golpe de luz en tu barba.
El cielo es más azul que de costumbre,
el ladrido del perro sigue acunando
nuestro despertar desde la calle
y las sonrisas se dibujan solas.

domingo, 26 de febrero de 2012

Dejo que mis párpados se tiñan de invierno

Miles de folios con frases tachadas alquilan el colchón de mi cama y escoltan mi sueño en madrugadas de desvelo como esta. Al otro extremo de la ciudad tú esperas a que el móvil vibre con algún mensaje mío. Me  asomo a la ventana y dejo que mis párpados se tiñan de invierno, que la oscuridad aporte algo de luz a estos cansados ojos. Es entonces cuando voy a por el móvil y te escribo: 'mis sábanas te echan de menos, la madrugada es menos madrugada sin tu barba amaestrando mi cuello y todo el mundo sabe que en un colchón quedan mejor dos cuerpos que uno'. Llamaste al timbre 25 minutos después. Buenos días.

jueves, 23 de febrero de 2012

Historias que se anudaron a mi espalda

Me enseñaste que las mañanas pueden ser eternas y que las madrugadas te sonríen si tú les sonríes a ellas. Esta mañana he salido con mi cámara a dar un paseo y he recordado tu pelo oscuro sobre mi almohada, tu barba sobre mi espalda y el suave y dulce sonido de tus besos en mis muslos. He vuelto para quedarme y te busco entre objetivos arañados y cámaras desgastadas por el olvido de un tiempo plagado de luz. Los desayunos saben a reencuentros invernales en las escaleras del edificio más viejo del mundo. ¿Qué has hecho todo este tiempo? ¿Volviste a mirar la vida desde la cámara que te regalé? No dejes que te roben el alma. No permitas que las mentiras besen tus labios. Esta noche te contaré historias que se anudaron a mi espalda durante estos últimos años. Prepara cena, he vuelto para quedarme.

viernes, 20 de enero de 2012

Vestirme de sonrisas

No miento cuando te confieso con miradas que todavía no me he rendido. Sigue ahí el sol de cada mañana para iluminar tus ganas de ser fuerte. Toda esa ropa tendida, con su humedad, vigila expectante tus pasos. Todos sabemos que puedes. Tú puedes. Es por la tarde y la manta descansa sobre el sofá rojo. Las ventanas empiezan a oscurecerse, el sol se despide hasta mañana. Las montañas se enredan entre niebla y suspiros delante de nuestro balcón. Salgo a fotografiar mientras rodeas con tus brazos mi cintura. Siempre me gustó esta sensación de libertad a tu lado, de dejadez positiva. Respirar hondo. Sentir el viento atravesar las cortinas e inundar nuestro salón de furia. Sabemos que estamos juntos y eso es lo que este enero cuenta. Gáname batallas. Sacude el polvo de tus guantes y sal ahí fuera a competir con la naturaleza, sabia como nadie. Date la vuelta, voy a desnudarme para vestirme de sonrisas.

martes, 17 de enero de 2012

Volvemos a bañarnos de rock

Te da por vender suspiros al invierno después de perdernos por el rock que acaricia desde los altavoces. Es algo que haces cada día, y yo encantada. Este sol es mejor que cualquier joya. Los placeres que da la naturaleza no se comparan con cualquier otra sensación. Ayúdame a pasear mi alma por estas montañas. No seas honesto.  Te besaré en cada árbol, advierto que hay muchísimos. Hay que desnudar la mirada para poder ver más allá. Y tu barba es especialista en hacerme perder el sentido. Estos caminos tan conocidos por nuestros pies saben cuánto te echo de menos cuando tengo que recorrerlos a solas con Lea. Es cuando ladra buscando tu olor... Pero, igual que yo, sabe que volverás para ver las fotografías de todo lo que te has perdido. Entonces sonrío. Volvemos a bañarnos de rock y saciamos las ganas de mordiscos. Hoy tumbados cerca del río, abrigándonos hasta los sentidos porque hace un frío cojonudo. Nos respiraremos. Mejor que el oxígeno es tu cuello.

miércoles, 11 de enero de 2012

El valle

Se ve de lejos la montaña
intentando aliarse con la luna.
Los perros han dejado de ladrar,
la noche cae sobre el valle.
Un manto de silencio cubre
las débiles aguas del río.
Sentada con las piernas cruzadas
admiro la ternura con la que el viento
carcajea en mi pelo.
Con la vista puesta en el cielo
enmudezco de impresión y belleza.
Cuántas estrellas desnudas,
cuántas cabezas tintineando...

lunes, 9 de enero de 2012

Luna llena

Blanca luna de enero.
Suave brillo invernal
que baña la noche fría.
Tu mirada se completa
si esta luna acuna tus pupilas.
Bajo su atenta mirada
cuento las estrellas que
peregrinan por la madrugada.
Camino por el monte
al compás de tu cintura.
Me dejo enamorar.

sábado, 7 de enero de 2012

Vestido de primavera

La mañana se viste de frío y el frío de leña.
Un gato se acerca por detrás del árbol,
curioso, con la mirada atenta.
Yo sigo sentada en las escaleras de mi puerta,
con la cámara colgada al cuello esperando
el mejor momento del amanecer.
El sol, sigiloso, empieza a guiñarme un ojo
por detrás de la montaña. Le mantengo la
mirada. Verde mirada que calienta este
enero juguetón vestido de primavera.

viernes, 6 de enero de 2012

En invierno

En invierno el aliento es más cálido. Él lo sabía y por eso anidaba cada noche en mi pecho. ¿Cómo distinguir un invierno de una primavera? Los besos lo dicen todo. Los cristales de la ventana se dejan acariciar, pero tus manos son rígidas y distantes. Hoy la montaña cambia su historia -nuestra historia-. Quizá por la tarde nos dé por cocinar y mancharnos de harina el ombligo. Quizá no tengamos ganas de seguir fingiendo y anude tus labios a los míos. Quizá esté volviéndome loca, pero enero así me trata. No creo en terceras oportunidades, ni siquiera sé cómo llegué a creer en segundas. Puede que la música que ahora suena de la radio caiga como copos de nieve sobre mis oídos y haga que te recuerde desde la bañera. Solo tú sabes hacerme volar desde el sofá. Miles de segundos perdidos en la cama. Miles de suspiros malgastados mientras espero a que tu espalda vuele en mi dirección.

miércoles, 4 de enero de 2012

Noche invernal

El viento fuerte sabe
llamar a mi ventana igual que
tú sabes acariciar con el alma.
La montaña y su clima
salvaje e impredecible...
Lluvia intensa acaricia mis párpados
y recorre mis hombros mientras observas
el espectáculo desde la puerta de casa.

lunes, 2 de enero de 2012

La próxima primavera

Hay un horizonte oscuro que
acorta nuestro tacto cuando
la montaña y el cielo se besan.
El dulce aroma a jazmín de la noche
andaluza se cuela
por la ventana de tus hombros y
sacude tu barba.
Sé montaña para mí, yo seré
cielo y haremos nuestro propio horizonte.
Hoy. Mañana. La próxima primavera.