jueves, 30 de junio de 2011

Común

Se avecina tepestad. Se me va la vida tras el vendabal y la mala costumbre de mojar mi deseo de verte. Tarde de lluvia, de tierra mojada y calles silenciosas mirándome con llanto en las fachadas. Esta mañana de otoño me trae buenos recuerdos de mis noches en tu pecho, contando lunares con los dedos de pies y manos. Dime qué buscas en mis domingos, dime. Mil historias encarceladas en botellas ajadas de cerveza. Donde un tiempo habitaban los besos ahora hay mucho más. Llueve. Mi colchón se moja y el agua baña mi balcón y mi no-soledad: muchas veces más dañina que vivir a oscuras.

...

"Era un plan para doce. Sois trece, apañaros como podáis."

miércoles, 29 de junio de 2011

Va despuntando la mañana

Saludó al vecino que entraba por el portal mientras ella salía con la maleta en la mano, le agradeció que le sujetara la puerta y se marchó. Miró el móvil: no llega tarde. La estación de tren está a un cuarto de hora en autobús de donde ella vive. Con el billete en la boca, la maleta en la mano derecha y en la izquierda el móvil llega al andén esperando a que venga su última oportunidad para escapar. Se sienta en el único banco que está vacío y piensa qué es lo que está haciendo, por qué, de forma tan radical y repentina, decide dejarlo todo e irse lejos. Pocos minutos después se sienta a su lado un chico joven, moreno, con los ojos claros y barba de pocos días. Le pregunta si tiene fuego y ella le señala el cartel que tiene detrás: "Prohibido fumar". "No, si no fumo. Solo quería acercarme a ti y no sabía qué decirte", le dice él. Ella le pregunta qué tren espera y coinciden en el destino y en el motivo de cogerlo. También huye, huye de él mismo y de sus propios miedos. "¿Sabes? - dice ella - ¿Por qué no nos vamos juntos al sur, a las playas de Andalucía, a Cádiz, y olvidamos la mierda que nos hace escapar sin rumbo fijo? ¿No te gusta el sur? Con ese olor peculiar y su luz, sobre todo Cádiz, playas mirando al Atlántico... Venga, vámonos. ¿Para qué ir a dónde queríamos ir?". Sorprendido acepta sin más; "esta chica me gusta...", piensa. Cambian los billetes, llega su tren. "Espera, ya te cojo yo la maleta".

martes, 28 de junio de 2011

Verdes y llenas de vida

 Al final de la calle se levanta una casita blanca con dos balcones presidiendo la fachada y flores de todos los colores adornando la puerta. Dos sillas de madera acompañan al perro que descansa tumbado a la sombra del árbol que hay enfrente. Detrás de la casa ruge la belleza de unas montañas verdes y llenas de vida, que desde lo alto son testigo de cada amanecer. Todavía son visibles algún que otro charco que nos dejó la lluvia ayer por la tarde. Hoy el sol alimenta la mirada.

lunes, 27 de junio de 2011

Lea

El ladrido de Lea la despierta, todavía son las 10 de la mañana y la noche de ayer fue larga. Pone los dos pies en el suelo. Bostezando se acerca a la terraza para abrirla. Descorre las cortinas, sale en pijama, cierra los ojos y estira su cuerpo al sol. Brazos extendidos. Coge la goma negra que tiene en su muñeca derecha y recoge su melena en un moño rebelde jugando a desafiar la grabedad. Lea se acerca a ella, también sale a la terraza y estira las patas traseras mientras lame su oscuro hocico. Se deja acariciar por manos recién amanecidas, pero suaves. No cambiaría esas manos por nada del mundo. Las lame como diciendo "yo también estoy aquí". Ya estamos todos despiertos. Vamos a desayunar, Lea.

sábado, 25 de junio de 2011

Carretera y manta

Conduce con las manos firmes en el volante y la mirada fija en el asfalto que sus ruedas desgastadas arañan con ferocidad. Hace semanas que no se afeita su canosa barba y meses que tiene un brillo melancólico en la mirada. Reduce la velocidad y tuerce la vista hacia su derecha, se encuentra con un asiento vacío. Ya no está ella, hace tiempo que no está. Ya no hay nadie que le sujete los mapas cada fin de semana que decide salir con la furgoneta a donde la aventura le lleve. Ella se marchó pero su olor sigue en el asiento del copiloto dispuesto a recordarle al viejo de la barba que su chica sigue ahí aunque no esté. Pone la música que siempre les erizaba el bello de los brazos cuando el motor comenzaba a rugir sin descanso. Pisa el acelerador cantando a viva voz el estribillo de su canción: la banda sonora de sus viajes. Sujeta el volante con la mano izquierda y acerca la derecha a la guantera para buscar el turbante que ella usaba siempre para recogerse el pelo o como adorno en la muñeca. Lo coge y lo pone sobre el asiento que ocupó durante tantos años. Ella se ha ido, ahora es el momento de continuar a solas el viaje.

viernes, 24 de junio de 2011

Bébete el mar

Aprieta el calor y las cervecitas en la playa empiezan a llamarnos. Tardes sentada en la orilla con el mar a mis pies, cubriéndome de sal y haciéndome sentir libre. El sonido inconfundible de las olas chocando ferozmente contra la roca. Rodeo mis piernas con los brazos y apoyo la cabeza sobre las rodillas. Dejo a la brisa mediterránea jugar con mi flequillo y acariciarme el rostro con suavidad. Los ojos medio cerrados, intentando mirar solo lo bueno que este junio me deja. Sol feroz por todas partes y un ramillete de cervezas refrescándose en el agua atado a la pequeña barca azul. Un trago más de vida. Salud.

jueves, 23 de junio de 2011

Ya está aquí

Tras bajar las escaleras de piedra, puedes ser capaz de contemplar las montañas más maravillosas del mundo. Asomarse a la ventana es totalmente distinto. Asomarse a la ventana es asomarse a otro mundo. Color, olores nostálgicos qe proyectan en un rinconcito de tu cabeza aquellos veranos de guerras de agua y colchonetas inchables a las cuatro de la tarde. Veranos que duraban y duraban... Sueños de medianoche en lo más alto del pueblo; con una manta bajo la espalda, contando estrellas fugaces sin tener muy claro qué deseo pedir. Libre. Mirar al cielo con rabia cuando se ennegrece, pero desear que caiga la lluvia del siglo y nos refresque este agosto infernal. Caminar bajo la lluvia hasta el bar, refugio por escelencia. Todas las noches, todas las mañanas. Contar y recontar los días de una cuenta atrás que empezó al final del pasado verano. Desgastar el calendario. Ya no queda nada. Ten paciencia.

lunes, 20 de junio de 2011

Madrugadas recurrentes

Desde la ventana se ven las pequeñas casitas de pescadores que pueblan el principio de la playa. El mar se antoja cercano y cálido, acogedor. Lugar de trabajo de muchas generaciones que regresaban a casa con un peculiar olor a sal. Manos cuarteadas de tejer redes de pesca, de limar la pequeña barca que hace de transporte laboral, de pintarla de un azul mar... Todavía se puede ver el grupo de mujeres que espera en silencio sobre la orilla, mojando sus pies con el agua de la despedida. Ellos volverán. La madrugada es fría y la brisa acompaña a los ojos desvelados y atentos al oleaje. Llueve, llueve y se mojan los miedos. Desnudos quedan los minutos y se resisten a pasar, acongojados por confirmar un mal presagio. Amanece la marea y ellos volverán.

jueves, 2 de junio de 2011

My name is Luka

Acusar al viento de mi felicidad sería demasiado precipitado, tú también llevas parte de culpa. Son tus besos sabor montaña los que enganchan de madrugada. La llamada del placer viene con número desconocido, pero me encanta saber que has sido tú quien ha pulsado el botón verde. Se me da fatal echarte de menos entre cerveza y cerveza cada tarde de sábado que tienes que irte más pronto (por motivos que únicamente son nuestros). Se me da realmente mal. Tus cosquillas en mis piernas se funden y entremezclan con nuestro vello erizado y unas ganas locas de compartir aliento. Otro trago más para estas 04:00 a.m (hora local). Se nos va a emborrachar la noche y dormiremos sobre colchones de vida en lo alto de alguna montaña con olor a tranquilidad. Acurrúcate en mis viernes y ponte cómodo, porque va a ser mucho el tiempo que pases en ellos.