sábado, 25 de junio de 2011

Carretera y manta

Conduce con las manos firmes en el volante y la mirada fija en el asfalto que sus ruedas desgastadas arañan con ferocidad. Hace semanas que no se afeita su canosa barba y meses que tiene un brillo melancólico en la mirada. Reduce la velocidad y tuerce la vista hacia su derecha, se encuentra con un asiento vacío. Ya no está ella, hace tiempo que no está. Ya no hay nadie que le sujete los mapas cada fin de semana que decide salir con la furgoneta a donde la aventura le lleve. Ella se marchó pero su olor sigue en el asiento del copiloto dispuesto a recordarle al viejo de la barba que su chica sigue ahí aunque no esté. Pone la música que siempre les erizaba el bello de los brazos cuando el motor comenzaba a rugir sin descanso. Pisa el acelerador cantando a viva voz el estribillo de su canción: la banda sonora de sus viajes. Sujeta el volante con la mano izquierda y acerca la derecha a la guantera para buscar el turbante que ella usaba siempre para recogerse el pelo o como adorno en la muñeca. Lo coge y lo pone sobre el asiento que ocupó durante tantos años. Ella se ha ido, ahora es el momento de continuar a solas el viaje.

3 comentarios:

Sara Pérez dijo...

me ENCANTA. Nadie dijo que fuera fácil, pero hay que continuar pase lo que pase...

Y bueno, él no está solo; no si sigue recordándola de esa forma :)

Un saludo!

Elendilae dijo...

Me recuerda a... Los puentes de Madison ^^

Hay que continuar siempre, como dice Summer :) no sabemos lo que nos puede deparar el camino, quien sabe, igual vuelve a encontrarla en el camino... ;)

Un besito

Anónimo dijo...

te sigo, eres genial
sigueme si quieres