sábado, 28 de mayo de 2011

Martes

La chimenea blanca preside el comedor de suelo rojizo. El fuego calienta este mes de enero y tú calientas esta fría alma que tirita cuando estás lejos. De las paredes, del mismo color blanquecino que la chimenea, cuelga un cuadro de la iglesia del pueblo, y un ajado calendario que dejó de contar los días hace más de dos años. En la cocina, la soledad palpita en cada cuchillo oxidado, en cada tarro de especias. Todavía quedan sartenes en el fregadero, después de tanto tiempo. Raídos están los trapos tras el asalto de pequeños roedores que merodeaban la casa mientras la luna clamaba libertad. La lucha ya no está ahí fuera. El cielo ha quedado en silencio. Todo calló.

2 comentarios:

Jêveur. dijo...

(y el texto es precioso)

Sara Pérez dijo...

Es la primera vez que entro aquí y tengo que decir que me encanta el nombre de tu blog! Y si ya son Desperados... (L)

Escribes muy bien, no es necesario hacer uso de la imaginación para visualizar la situación. Es palpable.

Un saludo de una nueva seguidora :)