domingo, 15 de mayo de 2011

A orillas de tu silencio

       Ahora que anochece y llueve, se hace más visible tu presencia. Hago balance de estos últimos días. Me doy cuenta de que nadie es imprescindible en la vida de una persona, pero me haces sentir... No sé, es hablar contigo y sonreír.

       Tu distancia reaparece como la flor del cerezo en primavera, puntual como las campanadas de una abarrotada Puerta del Sol. Sigo indagando en estos días y te veo descorchando la belleza de todos los amaneceres que compartimos en la montaña.

       Desde el quinto piso de este bloque rojo ladrillo vislumbro los verdes caminos que recorreremos ayer (o recorrimos mañana). Sigue lloviendo y me parece la danza más bonita nunca antes tan admirada por estos pequeños ojos que hoy la ven como una salvación. Dulce salvación nocturna que llega en el momento preciso. Gracias.

       Empeñada tu silueta en aclarar las estrellas, que iluminan mi desvelo, a las 3 a.m. de un sábado inquieto por el retumbar del cielo. Vuelve a nombrarme de madrugada, cuando solo tú y el silencio de las calles erais dueños de mis besos. Llama el invierno a este mes de mayo. Bienvenido.


2 comentarios:

Nacho López Murria dijo...

Blogger borró tu mensaje en mi blog. Me gusta mucho la última frase.

Unknown dijo...

Nerea! Joder haz un libro de verdad, esto te lo digo muy enserio. Fuera bromas: eres buena escribiendo. La última frase ME ENCANTA