viernes, 25 de febrero de 2011

Entresemanas

Deberían contratar al sol por más horas, y subirle el sueldo también. Nos gusta su presencia y hay días en los que nos da la espalda. Cuando se viste de nubes se le escapa la tinta a mi boli, son las mañanas en las que besa las pieles cuando la pluma con la que no escribo se desliza casi sola, dejando un rastro con forma de poesía. Ni el mejor chocolate caliente sabe superar el placer del sol resbalándose por el paladar hasta colar su brillo en la esquinita reservada para buenas vibraciones de mi pecho. Hoy pasearé de su mano mientras no escribo lo que quiero decirte a orillas de la timidez.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Como el sol de un patio, increíble :D
Alii